Citlalli Luciana
A falta de control y fácil acceso a las armas en el estado de Oaxaca, el 67% de los 55 feminicidios registrados en este año fueron cometidos a balazos. Con las dos mujeres asesinadas en la masacre de San Mateo del Mar la madrugada del pasado lunes, suman 37.
“Las mujeres que fueron torturadas y asesinadas en San Mateo del Mar en medio de una violencia comunitaria no atendida, las mujeres asesinadas en San Pedro Huamelula, San Vicente Coatlán y Tuxtepec, todas por arma de fuego, ejemplifican el nivel de riesgo que viven en Oaxaca”, señaló Angélica Ayala Ortiz, presidenta del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer).
Según el registro hemerográfico que realiza diariamente el GESMujer, los impactos de bala han sido la principal arma con la que se les asesinó; otras formas han sido estrangulamiento, golpes, calcinación, degollamiento, apuñalamiento, machetazos y abuso sexual.
Ayala Ortiz precisó que el Istmo de Tehuantepec, donde fueron asesinados indígenas Ikoots de San Mateo del Mar, concentra el mayor número de asesinatos de mujeres con 31% de los 55 femicidios de este año.
“Es necesario identificar las condiciones del entorno político, comunitario o de incidencia delictiva para entender el por qué de estos asesinatos violentos y actuar en consecuencia. Nos sumamos a todas las voces que demandan un alto a la violencia feminicida y castigo a quienes resulten responsables. No más impunidad”, señaló.
El informe Claves para entender y prevenir los asesinatos de mujeres en México, con datos hasta 2017, señala que la violencia feminicida se ha agudizado. Si bien las armas siguen impactando desproporcionadamente a los hombres, la tasa de mujeres asesinadas por arma de fuego tuvo un incremento importante de 2007 al 2017, al pasar de 0.7 por cada 100,000 en 2007 a 2.7 en 2017: un aumento de 285.7%.
“Si se desagregan los datos según el lugar de ocurrencia del asesinato, puede verse que el aumento en la tasa total de homicidios, de nuevo, se debe principalmente a la violencia armada en el espacio público, tanto para hombres, como para mujeres, si bien el cambio ha sido mayor en ellas. Mientras que entre el 2007 y el 2017 la tasa de asesinatos de hombres en el espacio público con arma de fuego se volvió 4.6 veces más grande, en mujeres la cifra se quintuplicó. Desde nuestra perspectiva, esta discrepancia solo remarca, una vez más, lo novedoso que resulta este fenómeno particularmente para las mujeres: cómo cambió radicalmente la manera en la que más han sido asesinadas”, detalla.
Esposos y novios, los agresores
Esposos, exesposos y hasta novios han sido quienes han violentado a las mujeres en sus hogares durante la contingencia sanitaria. En distintos casos, las mujeres quedaron en el desamparo ante las carencias y falta de sensibilidad de las instancias de procuración de justicia para salvaguardar la vida de las mujeres, así lo revela el balance “Violencia de Género en Oaxaca y la Covid-19”, realizado por el Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos.
El origen de la violencia de género -señala el GESmujer- es el resultado de estereotipos o creencias culturales donde los hombres han aprendido a utilizar el control y el miedo para reafirmar su dominio sobre las mujeres, las niñas y los niños.
El confinamiento -añade- agrava la violencia doméstica debido a que se combinan, además de las inequidades de género, diferentes factores: un entorno social de incertidumbre, una mayor presencia, en cuanto a tiempo y espacio compartido de los varones en el hogar, las dificultades económicas como resultado de las pérdidas de empleos, o la falta de oportunidades para quienes tienen empleos informales.
La violencia feminicida -expone- es un grave problema estructural, pero también contribuye la suma de omisiones y negligencias en su atención, lo que significa que hay indicios que pueden predecir el nivel de riesgo de sufrir una muerte violenta, y es ahí donde urge una actuación profesional, oportuna y estratégica.
La organización detalló que hasta el momento han brindado 211 servicios a niñas, jóvenes y mujeres en situación de violencia en el área psicológica, que contempla contención en crisis, atención por estrés post traumático y terapia breve y de emergencia; en el área jurídica se está brindando asesoría legal, canalización, acompañamiento y seguimiento a casos.
De las 42 mujeres que solicitaron apoyo a través de la línea de emergencia del GESMujer, en el 77% de los casos la violencia fue ejercida por el esposo, pareja, concubino; en el 7% por parte del exesposo/ex pareja; en el 5% la violencia la ejerció el novio o exnovio, y en el 11% por otros (desconocidos en espacio público, por redes sociales, en ámbitos laborales).