La cineasta y actriz Ángeles Cruz presentó este jueves en el Grupo de estudios sobre la mujer Rosario Castellanos dos de sus cortometrajes, incluido La Carta que aborda el amor lésbico en una comunidad rural de Oaxaca.
Un día después de que el Congreso local de Oaxaca aprobó reformas que reconocen el derecho de mujeres y hombres de casarse con otra persona del mismo sexo, Ángeles Cruz reconoció que aún en la sociedad actual “estamos llenos de prejuicios”.
Un público diverso presenció la proyección de La Tiricia, el primer cortometraje de Ángeles Cruz, quien se convirtió en cineasta después de 20 años de trabajar como actriz, sin haber estudiado cine y por el deseo de contar una problemática que no termina de entender.
El abuso sexual infantil lo calificó de delicado, pero también como algo permitido por la sociedad al grado que sucede “en nuestras narices y cuando alguien se atreve a denunciarlo sufre una señalización y se le revictimiza”.
El mejor premio que ha recibido por ese cortometraje de ficción producido en 2012 fue “abrir el tema” en la comunidad mixteca de donde ella es originaria.
“Yo escribo historias que me inquietan”, puntualizó al compartir los motivos de su proceso creativo que le permite hablar y construir historias que todavía encuentran muchas reservas “porque no trato temas fáciles, no hago melodramas, hago cine de autor”.
Celebró que en Oaxaca las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio con la persona que deseen, así sean del mismo sexo, como si por fin los políticos están empezando a entender lo que sucede con la humanidad.
Su cine, recalcó, lo hace con el propósito de incomodar a gente que no se ha detenido a pensar qué es lo que pasa en el otro lado y lo logra con La Carta (2014), segundo cortometraje de ficción que también se proyectó ayer en el GESMujer.