Christian Jiménez, Lunes 10 de Mayo de 2021, El Universal.- “La maternidad será deseada o no será”, resuena en las marchas que las colectivas feministas organizan para exigir la garantía de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. En la vida de Resister —nombre que usa para reservar su identidad—, quien ha marchado con un pañuelo verde en la muñeca, incluso acompañada de sus hijos, la consigna toma sentido, pues relata que decidió convertirse en madre hasta que estuvo lista.
Y confiesa, en entrevista con EL UNIVERSAL, que antes de decidir procrear a sus dos hijos, tuvo dos interrupciones de embarazo. “No estaba lista, ni emocional, ni física, ni económicamente… una simplemente sabe eso”, dice. El derecho a decidir se votó en el Congreso local el 25 de septiembre de 2019 y fue hasta octubre cuando la legislación entró en vigor.
Resister estaba en la universidad cuando supo que no estaba lista para ser madre y fue hasta cumplir 30 años, cuando vivió en plenitud de conciencia y decidió su primer embarazo. Sin embargo, pese a estar segura de ello, el camino de la maternidad, relata, fue sinuoso.
Durante los primeros años de su primer hijo tuvo que hacerse cargo de la manutención y crianza de su pequeño, viviendo sola, pero acompañada de la sororidad de un grupo de mujeres que acompañaban su proceso.
Desde entonces, afirma, sabía que quería maternar de una manera en la que se sintiera libre y también otorgar la libertad a sus hijos para ser ellos mismos.
Foto: Mario Arturo Martínez
Aunque no recuerda con exactitud el día en el que se reconoció a sí misma como feminista, sabe que interrumpir sus embarazos le hizo cuestionarse y reconocer sus propios privilegios para poder decidir, derecho que a decenas de mujeres, aún con la legislación aprobada, les ha sido negado.
Y continúa relatando su historia: “Durante los primeros años hubo momentos difíciles. Me tomó mucho tiempo, casi cuatro meses, encontrar un departamento para vivir con mi hijo, porque en la mayoría de los espacios en renta, no aceptan hijos”, lamenta.
Luego, suspira al señalar que para las mujeres que asumen solas la crianza de sus hijos, el trabajo, las labores del hogar y de la propia maternidad, les impiden a veces tener tiempo para disfrutar con sus hijos.
Por esa razón, en el hogar donde hoy habita con su pareja y sus dos hijos, el Día de las Madres no se celebra: “Qué nos festejan, si a las madres se nos señala, a las y los niños se les excluye de los espacios, incluso de las viviendas, de las propias celebraciones…”, cuestiona.
Sobre la crianza de sus hijos, detalla, ha buscado siempre que ambos tengan una opinión propia y conozcan desde pequeños que su punto de vista y su decisión sobre sí mismos, es válida. Hoy, sus pequeños colaboran en la cocina, le ayudan con labores del trabajo, e incluso, disfrutan de salir a las marchas de las colectivas feministas.
Sin embargo, sostiene que no todo es “lindo y agradable”, pues tuvo que poner pausa, durante casi dos semanas, al activismo, la crianza, la vida en pareja, sus proyectos, para poner prioridad y tiempo a su salud.
“También abrazo los momentos de sombra para ir aprendiendo lo que nadie me enseñó y entender que está bien estresarse… perdonándome por los gritos que pegué en la noche en el tráfico y separarlos cuando se pelean… creo que todo es feminista mientras lo cuestiones y aceptes que te vas a equivocar mientras avanzas”, indica.
Foto: Mario Arturo Martínez
Y aún contra las opiniones de amigos, familia y personas que opinan sobre la crianza de sus hijos, Resister admite que extender los límites de sus hijos los hace seguros de sí mismos y con opiniones propias. Uno de ellos gusta de tener el cabello largo, mientras que el otro, a pesar de tener seis años, es fanático de la cocina y está determinado en convertirse en chef. Ambos procesos son alentados y apoyados por sus padres.
A los niños, su madre les ha explicado la difícil situación que se vive en el país y en Oaxaca respecto a la violencia contra las mujeres y las consecuencias que tiene.
En la entidad, por ejemplo, este año han asesinado a 29 mujeres, hasta el 5 de mayo, según el Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer), pero sólo 10 casos se tipificaron como feminicidio; además, de 2020 a la fecha suman 39 niños y niñas huérfanas a causa de 46 feminicidios registrados en ese periodo, según datos de la Fiscalía de Oaxaca.
Su familia incluso vivió la desaparición de una de sus primas, quien por fortuna apareció días después, pero el acontecimiento permitió a los pequeños dimensionar lo que su mamá antes les había explicado: “Por favor, no dejes de ir a marchar”, le pidieron.
Fuente: https://oaxaca.eluniversal.com.mx/sociedad/como-ser-madre-en-un-pais-feminicida-en-oaxaca-mujeres-lo-hacen-desde-el-feminismo