Humberto A. Torres:
A pesar de los avances, las mujeres en México siguen representadas de manera insuficiente en todos los órdenes de gobierno y en los puestos de dirección del sector privado.
De ahí las constantes como permanentes propuestas para eliminar los obstáculos que aún existen para la inserción de las mujeres en los procesos públicos y privados de toma de decisiones, en plena igualdad con el hombre.
En el marco de la Conmemoración del Sufragio Femenino en México, se sigue planteando fortalecer la cultura política democrática garante de la formación de valores cívicos y de la equidad de género.
Y junto con ello, fijar como uno de sus objetivos garantizar a las mujeres el acceso y la plena participación en las estructuras de poder y la toma de decisiones, en igualdad de condiciones que los hombres.
Ximena Avellaneda Díaz, presidenta del Grupo de estudios sobre la mujer Rosario Castellanos, recordó que a las mujeres que las antecedieron les significó una gran lucha conseguir el voto para las mujeres y adquirir ese derecho ciudadano a votar y ser votadas empieza a rendir sus frutos paritarios.
“Necesitamos agradecerle a las feministas que la Legislatura local que se conformará en noviembre tendrá la misma cantidad de mujeres y hombres. 21 diputadas nos representarán, 12 de mayoría relativa, que demuestran que las mujeres si pueden ganar una elección, y 9 de representación proporcional”, expresó.
El reto es que lleguen con una agenda feminista que contribuya al ejercicio pleno de los derechos de otras mujeres, muchos de esos derechos aún pisoteados.
Sin duda, dijo, debemos aplaudir que 52 de los 153 ayuntamientos que se rigen por el sistema de partidos políticos, prácticamente una tercera parte, serán encabezados por una mujer.
Estableció que la cifra también es histórica, pero apenas se acercan a la paridad en un ámbito casi negado para las mujeres, la contraparte son los casos de violencia política.
Mientras alguna enfrente ese tipo de violencia que mina sus derechos ciudadanos y políticos, seguiremos insistiendo que hay un pendiente para poder decir que vivimos en un estado y un país democrático, precisó.
Voto femenino, fruto de lucha
En este escenario, Felipe Alfredo Fuentes Barrera, magistrado presidente por ministerio de ley de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), sostuvo que el voto femenino no fue obsequiado o concedido, sino producto de una lucha histórica y un reclamo social constante por parte de las mujeres.
Destacó que el TEPJF ha trabajado para construir y maximizar el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres en todas sus vertientes, además del derecho a votar.
Ante ello ha emitido criterios encaminados a la implementación de mecanismos de paridad de género en las postulaciones de candidaturas, tanto en su aspecto vertical como horizontal, y ha trabajado para erradicar el fenómeno de la violencia política en razón de género, que busca impedir el acceso a la mujer a espacios del poder público.
“Sin embargo, esos logros aun no son suficientes. Como tribunal constitucional, tenemos la tarea permanente de evitar retrocesos o distorsiones al principio de igualdad establecido en la Constitución federal, y la tarea permanente de abonar a la construcción de nuevos mecanismos y derechos que aseguren ese ideal de igualdad”, sostuvo.
Expresó que como mexicanos tenemos la responsabilidad de conocer nuestra propia historia, para contribuir a aprender de ella y no repetirla, y ser conscientes que esa misma desigualdad que se reflejó históricamente en la imposibilidad de las mujeres para votar, hoy puede reflejarse en otros rubros, sobre otros derechos e incluso sobre otros grupos poblacionales.
Aún queda un largo camino
En la actualidad, la participación política de la mujer es el resultado de una serie de movimientos organizados por las propias mujeres. Los primeros logros con relación a la igualdad política electoral de la mujer surgen en 1916, cuando en Chiapas, Tabasco y Yucatán se reconoce la igualdad jurídica para que la mujer pudiera votar y ser elegida en puestos públicos de representación popular.
En 1922, en el estado de Yucatán se reconoce el derecho de las mujeres a participar en elecciones municipales y estatales. En San Luis Potosí, en 1923, se aprueba la ley que permite a las mujeres alfabetizadas participar en procesos electorales. Estos son algunos de los primeros logros obtenidos por el sector femenino en materia de participación política.
Pero a pesar de los logros alcanzados en las primeras décadas del siglo XX, es hasta 1947, durante el gobierno del presidente Miguel Alemán, cuando a la mujer mexicana se le reconoce a nivel nacional el derecho a votar y ser votada en los procesos municipales. Más tarde, en 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines expide la reforma a los artículos 34 y 115, fracción I constitucionales, en la que se otorga plenitud de los derechos ciudadanos a la mujer mexicana.
De ahí el reto de promover el diseño de mecanismos que faciliten y consoliden la participación equitativa de hombres y mujeres en los procesos de toma de decisiones en los tres poderes públicos y en los tres niveles de gobierno. Acciones que permitan fortalecer el desarrollo de una cultura cívica participativa y la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en los procesos de consolidación de la vida democrática en los ámbitos familiar y escolar.
Publicación tomada del sitio http://imparcialoaxaca.mx/oaxaca/232433/en-oaxaca-luchan-mujeres-por-vencer-obstaculos-en-la-vida-politica/