“Ya no quiero llorar, ya no quiero llorar, ya no quiero llorar”, dice Zoila Bengochea Espitia, mientras se toca la cara para quitarse los lentes oscuros del rostro y los coloca en su cabeza, baja la mirada e inmediatamente se topa con un par de cubiertos en la mesa, retira rápidamente el cuchillo mientras dice “yo esto no lo quiero cerca de mí”, posteriormente explica que con un cuchillo de esos, apuñalaron a su hija.
Y aunque trata de mantenerse fuerte, por momentos llora, en otros contienen las lágrimas, respira profundo y continúa su relato, “con el asesinato de mí hija, me mataron a mí y a mi familia, uno ya no vuelve a ser la misma, bajaron mis defensas y constantemente estoy enferma, y si no fuera porque le juré frente a su ataúd que no pararía hasta hacer justicia, yo quisiera irme con ella”.
El 9 de abril del 2013, fue asesinada en su departamento ubicado en la colonia Guadalupe Victoria, en Santa Rosa Panzacola, Daphne Carreño Bengochea, el asesino, su ex novio Alejandro Enrique Rivera López, quien tras estar cuatro años en prisión preventiva, finalmente recibió una sentencia de 78 años y cuatro meses por el delito de feminicidio.
El peregrinar no ha quedado ahí, han pasado casi siete años y la lucha no ha terminado, resulta que el acusado y sentenciado cuenta con 8 años para apelar la sentencia, la cual apeló hace apenas dos años, es decir Zoila, deberá estar pendiente 6 años más del proceso para evitar que reduzca su condena.
“Todos sabemos que la familia del muchacho tiene dinero y que en un principio con eso logró, que la justicia no llegará a mi Daphne, mientras Gabino Cué estuvo al frente del gobierno en el estado de Oaxaca, no pude hacer nada, tenían lazos de amistad muy fuertes que no me permitían avanzar en mi búsqueda de justicia, pero con el cambio de gobierno toque puertas y en la primera audiencia de gobierno, le pedí a Alejandro Murat que me ayudará a hacer justicia”, señaló.
Y es que el cambio de gobierno y con la reforma a la Ley, permitió que el caso de Daphne fuera considerado como el primer feminicidio en el estado de Oaxaca, teniendo la mirada de todas las personas, ya que la mamá continúo su caminar a nivel nacional e incluso internacional.
“Los familiares de las victimas vemos siempre violentados nuestros derechos, o de plano no tenemos, mientras los acusados gozan de todos los derechos, algunos incluso realizan declaraciones falsas que les permiten reducir sus condenas, como que son torturados para declarar y otras cuestiones más”.
Por si fuera poco el expediente de Daphne fue enviado a Saltillo, supuestamente por un sorteo, desafortunadamente su mamá no cuenta con los medios para trasladarse hasta allá a darle seguimiento a su caso, ha sido el gobierno del estado a través de la Secretaría de la Mujer, quienes le han apoyado, así como la fundación Jorge Merlo y Consorcio para el Dialogo y la Equidad en Oaxaca, así como otros conocidos.
A través de la apelación, Alejandro logró reducir su condena 4 años; “como madre víctima de feminicidio, no sé dónde empiezan sus derechos y donde los míos, donde los de mi hija y de mi familia”.
Feminicidios
El termino feminicidio o femicidio se define como un crimen de odio, entendido como el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer; en el estado de Oaxaca, el 30 de agosto del 2018, cuarenta municipios recibieron Alerta de Violencia de Genero contra las Mujeres (AVGM), los cuales tardaron casi un año en instalar sus comités, sin embargo, no hay resultados efectivos, es decir los asesinatos contra mujeres no se han reducido.
De acuerdo al seguimiento hemerográfico de GesMujer, basado en dos principales diarios del estado, en el periodo comprendido del 1 de diciembre del 2016 al 20 de enero de 2020, se han registrado 394 casos de mujeres asesinadas; siendo el Istmo de Tehuantepec, quien ocupa el primer lugar en muertes de mujeres con el 21 por ciento de los casos; Valles Centrales en segundo con el 20 por ciento.
El tercer lugar lo ocupan la Costa y la Cuenca del Papaloapan con 16 por ciento; seguido de la Mixteca con el 12 por ciento; Sierra Sur el siete por ciento; Sierra Norte con 4 por ciento y finalmente la Cañada con 3 por ciento.
El año 2019 fue cuando más mujeres fueron asesinadas, un total de 133 a pesar de que el estado ya contaba con la alerta de género, explica Jimena Avellaneda, integrante de GesMujer; ya que esta alerta fue lanzada en el 2018, año que cerró con 123 muertes violentas de mujeres; mientras que en 2017 asesinaron a 117.
En lo que va del 2020, hasta el día de la entrevista se contaban 12 feminicidios y justo unos días después, dos mujeres fueron asesinadas en Putla, municipio que cuenta con alerta de género; y una mujer y sus dos hijas de 2 y 7 años fueron asesinadas en su domicilio en El Huamuche, Santiago Ixtlayuca; además que este lunes ejecutaron a una mujer en un bar en Tuxtepec, este último municipio, también con alerta de género.
Los municipios con alerta de género, con más asesinatos fueron Tuxtepec con 20 mujeres asesinadas; Juchitán de Zaragoza con 10; Oaxaca de Juárez con 9; Tehuantepec con 8; Pochutla con 6; Miahuatlán, Matías Romero, San Juan Guichicovi y Tututepec con 4; Tlaxiaco, Salina cruz, Huautla de Jiménez, San Pedro Mixtepec y Tlacolula con 3; Zimatlán, Tonameca, Jamiltepec, Pinotepa Nacional, Nochixtlán, Huajupana y Putla con 2; y San Antonio de la Cal, Zaachila, Huatulco, Santo Domingo Morelos, Mazatlán Villa de Flores; Acatlán y Loma Bonita con uno.
Los once municipios restantes con alerta de género, no presentaron asesinatos violentos de mujeres durante el 2019, pero en el caso de Candelaria Loxicha, que tuvo un caso de femicidio en 2018.
NO CUADRAN LAS CIFRAS
Y es que a pesar de la solicitud en muchas ocasiones de que la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), realice investigaciones de muertes violentas de mujeres con perspectiva de género; es decir primero presuma feminicidio y de ahí descarte en caso de que sea homicidio; sucede todo lo contrario, por eso mientras en GesMujer contabilizan 133 feminicidos en 2019, la FGEO contabiliza solo 29.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los consejos para atender la alerta de género, fue que se hizo la declaratoria de alerta de género, pero no se hizo acompañar de un presupuesto, generalmente en la mayoría de los municipios, solo lo hicieron por cumplir un requisito, sin considerarlo un problema serio, es decir no ir al fondo del asunto, y en consecuencia no consideran que amerite presupuesto.
Aunado a esto, existe una grave descoordinación entre los tres órdenes de gobierno, una acentuada falta de voluntad política para atender estos asesinatos, que le dan poca importancia de la vida de las mujeres. Aunado a esto, la cultura de la impunidad sigue creciendo, pues un potencial feminicida de ante mano conoce que las autoridades jamás actuaran en su contra, pues la memoria histórica de estos delitos, no registra castigos severos contra los infractores, que en su mayoría gozan de impunidad.
A esta serie de factores se suman la falta de capacitación de los Ministerios Públicos, lo que influye en el desánimo de las mujeres al momento de presentar su denuncia, la falta de sensibilidad y sentido común, continúan reinando en estas instancias, que se atreven a regresar a las mujeres ofendidas a sus casas con la recomendación de “que se porten bien”, con la alta posibilidad de condenarlas a una muerte segura.
SEGUIMOS CRIANDO MACHITOS
“Pero además, en las casas seguimos criando ‘machitos’, necesitamos que en las familias, en las escuelas, también se le dé la visibilización a este problema, comenta Jimena Avellaneda; necesitamos trabajar fuertemente en la defensa de los derechos de los hombres, de los jóvenes, de los niños, pero sobre todo de la mujer, que la violencia no es algo que deba darse, que no es normal, que hagan énfasis en esto, dentro de lo que corresponde”.
Detalló que el sector salud también tiene que hacer su trabajo, en cuanto una mujer llega golpeada o lesionada y no quiere declarar, ellos interponer una denuncia, podrían estar salvando una vida. En el hogar y no, normalizar las conductas agresivas de los niños, no justificar la niñez con la violencia.
El 70 por ciento de las muertes en contra de mujeres en el Estado de Oaxaca, son con arma de fuego, el restante se clasifica entre armas punzo cortante, tortura, violencia y saña.
Casos como el de Daphne Carreño, han indignado a la sociedad oaxaqueña, lo preocupante del caso es que cada vez se da en mujeres muy jóvenes y niñas, a las que han intentado llevarse para trata de personas, señala Avellaneda.
“Primero viene la violencia verbal, luego las cachetas y después la vida, no normalicemos la violencia, ni en nuestros hijos, ni en nadie, nosotros sabemos lo que es el dolor”, señala Zoila Bengochea, mamá de Daphne Carreño, la primer víctima oficial de feminicidio en el Estado de Oaxaca.