Sábado 23 de Abril de 2022
Por Michel Hernández, Coordinador de Comunicación Social del GESMujer
Este próximo 30 abril, como cada año en México, desde su decreto en 1924, celebraremos el Día del niño y de la niña.
Esta fecha tan emblemática para nuestra comunidad, es una oportunidad para reafirmar los Derechos Universales de la niñez en el mundo, recordando que aún falta mucho por hacer para que las infancias puedan crecer, sanas, libres y felices.
En nuestro país, por ejemplo, nos respalda el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde se reconoce el derecho de las niñas y los niños, a satisfacer sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Aunque a veces la vida adulta parezca borrar el rastro de nuestras infancias, lo cierto es que, como sociedad y como individuos, somos reflejo de aquella primera etapa de la vida.
Esto me recuerda a aquella frase que alguna vez leí y cuya autoría desconozco, pero que me parece muy cierta.
“Si desde el inicio nos contaran que en la infancia se define la salud mental de un@ adult@, entonces trataríamos con más amor a las niñas y niños”
Y es que es muy cierto, ¿Cuántas heridas emocionales no se crean desde nuestra infancia? y además ¿Cuántos hábitos, costumbres, valores, no se forman desde esta etapa de desarrollo?
Ahora que tengo 28 años de edad, y recuerdo mi infancia, mi paso por el preescolar y la escuela primaria, vienen tantas memorias.
Lo mucho que me gustaba participar en los festivales escolares, las cartas que le escribía a los reyes magos, las tardes de juegos con las niñas y niños de cuadra, etc.
Creo que como toda persona, guardamos en nuestra mente y corazón recuerdos que consideramos bonitos, como quizá otros que a lo mejor no lo fueron tanto.
En lo personal, el hecho de haber sido un niño que no gustaba tanto de los juegos como las “luchitas”, el futbol, los carritos etc, los cuales de manera esterotipa están relacionados con juegos para niños, me llevó a una constante crítica de parte adultos cercanos a mi, como tíos y tías, además de hacer sentido cierto rechazo y exclusión par parte de algunos compañeros de escuela durante los recreos.
Siendo niño, muchas veces me pregunté el por qué dividían los juguetes, juegos, cuentos, e incluso películas, entre géneros. Incluso llegué a sentir culpa por jugar en grupo mixtos o en los que predominaran las niñas.
Cuántas veces no llegué a “justificar” el hecho de jugar en un grupo mixto o en el que predominaran las niñas.
Sí, estoy jugando a la casita, pero yo soy el papá…. estoy jugando con mi hermana, pero yo soy el chofer de su muñeca”
Porque sentía culpa por jugar, no quería ser reprendido o juzgado por mis familiares o por otros niños.
Y me pregunto, ¿por qué reprender el juego de las niñas y niños, cuándo es una herramienta fundamental para el desarrollo y educación?
Perpetuar los estereotipos de género en los juguetes para niños y niñas es una forma más de aumentar la desigualdad.
Actualmente, la sociedad ha venido haciendo cambios, preocupándose en crear espacios en donde niñas y niños puedan desarrollarse en un ambiente más equitativo.
- Recuerda que los juegos y juguetes no se tienen que limitar en función del género
- Promovamos juegos de equipo que sean incluyentes.
- Démosle la libertad a las niñas y niños para desarrollar su personalidad.
